El desarrollo para las tiendas de Apple, Google y, en menor medida, Microsoft, se ha convertido en un enorme filón de negocio, que podría alcanzar en Europa los 63.000 millones de euros en 2018.
En 2009, dos jóvenes emprendedores crearon una aplicación para chatear gratis desde los smartphones. La aplicación, WhatsApp, se convirtió pronto en una de las más descargadas en las tiendas para móviles y en una herramienta imprescindible para millones de usuarios. A comienzos de 2014, Facebook adquirió WhatsApp por 21.800 millones de dólares.
La historia de WhatsApp ilustra a la perfección la cara del éxito de lo que se bautizado como la economía de las aplicaciones, una era a la que Apple dio el pistoletazo de salida hace seis años con su App Store.
Hoy, la oferta de aplicaciones para móviles es ingente. La tienda de Apple tiene más de 1,3 millones de utilidades, cifra similar a la de su competidor Google Play, mientras que Microsoft ha superado las 300.000. Los datos de descargas también son desorbitados. Según Gartner, el año pasado los consumidores se bajaron 102.000 millones de aplicaciones, cifra que se disparará hasta los 270.000 millones en 2017.
Se estima que de media pasamos dos horas al día utilizando aplicaciones móviles. Juegos, mensajería, herramientas para comprar online, para ver vídeos, para leer la prensa, para hacer ejercicio físico, para cocinar, para controlar nuestras finanzas y un larguísimo etcétera.
Pero la economía de las aplicaciones va mucho más allá del negocio ligado a las utilidades que pueden crear jóvenes desarrolladores deseosos de emular a WhatsApp, Instagram, SnapChat o Twitter. De hecho, triunfar en un mercado saturado es muy complicado: según un estudio de VisionMobile, la mayoría de los desarrolladores tiene difícil mantenerse a flote con las utilidades que desarrollan para Apple y Google, puesto que no alcanzan 500 dólares de ingresos por aplicación y mes, el umbral que establece esta consultora para sobrevivir en este negocio.
En la empresaSin embargo, hay un gran filón de negocio en el desarrollo para empresas. Según un estudio de GigaOM, el 90% del negocio que mueve la economía de las aplicaciones en Europa (17.500 millones en 2013) proviene de los ingresos por el desarrollo de estas herramientas para empresas, mientras que el resto son ingresos derivados de la venta de aplicaciones, la publicidad y las compras que se hacen dentro de estas herramientas.
Esta consultora estima que este mercado alcanzará un volumen de negocio en Europa de 63.000 millones en 2018, año en el que prevé que esta actividad dará trabajo a cinco millones de personas.
Por un lado, se desarrollan herramientas móviles que están transformando la forma de trabajar de muchos profesionales. Baste como ejemplo el acuerdo que firmaron este verano Apple e IBM para impulsar el desarrollo de aplicaciones de analítica y gestión de datos para el iPhone y el iPad, lo que dará un impulso a la adopción del iPad en la empresa.
Además, son muchas las organizaciones que utilizan aplicaciones móviles en sus relaciones con proveedores, socios y clientes.
Sergio García Iglesias
Fuente: Expansión
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